En memoria de Lourdes Miranda y de todos los que nos precedieron
desbrozando el prado para sembrar sobre esta bendita tierra el Aro Sagrado de la Unidad.
Paz
Dicen los Maestros: “No os podéis hacer una idea de por cuánto tiempo habéis sido preparados para estos momentos". Al otro lado del velo sabían que despertaríamos, que pese al torbellino provocador, tentador y envolvente del mundo, el "piloto" se encendería. Sabían que, en tal tiempo como el aro sagrado comenzaría a hilarse...
¿Desde qué Cielos partió la orden, qué Jerarquías aprobaron el plan, cómo se urdió la siembra de los pensamientos que más tarde encarnarían en las Redes de Luz? A veces podemos llegar a pensar que las ideas son nuestras, que nuestra mente ha captado originales y creativos propósitos a implantar en nuestra querida tierra. A veces podemos olvidar que somos instrumentos de un propósito más grande, que, en realidad, nuestra originalidad está supeditada a lo que nos puedan irradiar, en función de nuestra conciencia y nivel de disponibilidad al Plan que hemos adquirido.
Bastaría constatar que hemos sido “sembrados” muchos seres a un mismo tiempo, bastaría observar como se nos han ido impartiendo internamente las mismas pautas, bastaría ver como hemos desarrollado a un mismo tiempo las mismas iniciativas en diferentes lugares del mundo, para concluir que todo estaba diseñado, que todo respondía a un Plan minuciosamente trazado en el que unos y otros seríamos sus implementadores sobre esta bendita tierra.
Ahora se ve todo con más claridad, ahora percibimos ya una articulación más clara de unas redes llamadas a envolver con su luz el planeta entero, pero en sus comienzos todo resultaba mucho más confuso. Sabíamos que disponíamos de formidables medios para fortalecer nuestras relaciones e intuíamos que había llegado el momento, pero cómo, cuándo, dónde arrancar…
Nosotros elegimos una montaña y un momento. Aprovechando una convergencia planetaria, el 1º de Mayo de 1998, hicimos un llamado. Con la lluvia calando nuestros huesos después de horas de ceremonia en la que participaron cuatro centenares de personas, sentimos que la hora del arranque, aún no sabíamos bien de qué, había llegado...
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